Las negligencias médicas son una lacra propia del sistema del bienestar. Los estudios analíticos del sector vierten datos inquietantes. Sin ir más lejos, la incidencia de efectos adversos relacionados con la asistencia sanitaria en los centros médicos españoles es cercana al 10%, en sintonía con nuestros homólogos europeos, y más de un 40% de estos fatídicos efectos son manifiestamente evitables...
Trailer de De viaje con mi flaquita (VOSE)
Versión argumental de De viaje con mi flaquita
Este preámbulo tiene sentido por la historia que voy a contar a continuación. Angela Nobilova ha sufrido trastornos alimenticios desde la adolescencia temprana. Su complexión delgada y su afición a comer platos de acelgas a medio hervir y yogures desnatados han desembocado en una preanorexia, ferropenia y una constante deficiencia de vitaminas. Pasada la veintena, esta checa oriunda de Praga experimentó un deseo genésico y decidió tener un hijo con su novio formal, pero Kathy, una amiga suya que trabaja como comadrona en el hospital maternal de Pilsen, le recomendó poner fin con anterioridad a sus problemas con la alimentación y coger las fuerzas necesarias para una preñez sin complicaciones.
Así y todo, Angela acudió a la poliklinika Holešovice para comentarle la situación a su médico de cabecera. Ella simplemente necesitaba un medicamento que le incrementara el apetito. Su médico, el Dr. Kohoutský, es un facultativo sexagenario en las postrimerías de su carrera profesional. Parapetado tras su gafas pasadas de moda, agazapado bajo unas angulosas entradas que alargan su frente hacia el infinito y cobijado por un generoso manto de grasa (producto de su afición a los codillos con salsa křen y copiosas jarras de cerveza negra); cubre su cupo diario de consultas con soltura. Le persigue una reputación de viejo verde entre las colegas de la policlínica, fama que mitiga con un extenso conocimiento de las enfermedades comunes y con unos diagnósticos diferenciales solo a la altura de las eminencias.
Angela, ya en manos del buen doctor. (Imagen de IA)¹
El día que atendió a Angela le temblaba la mano derecha más que de costumbre, y su caligrafía al recetar fue un completo desastre. Aquel garabato indescifrable iba a poner en aprietos al boticario... En la farmacia que hace esquina en la popular Strossmayerovo náměstí, Angela presentó la prescripción médica y, a cambio, recibió una caja de parches de Intrinsa, medicamento indicado para el trastorno del interés sexual hipoactivo. Dicho de otro modo, el buen doctor entendió que Angela carecía de apetito sexual, y no que le faltara el apetito en el sentido de hambre o gusa...
Tras este breve epílogo, Max Bellocchio nos adentra en un filme muy influenciado por la nouvelle vague. En los 9 minutos de metraje argumental, el atento espectador fluye entre conversaciones y el encanto de las acciones cotidianas, al más puro estilo de los filmes del venerado Richard Linklater.
Viajamos ahora hasta la región de Bayahibe, en el sureste de República Dominacana, que el cineasta transalpino no duda en introducirnos con sucesivas imágenes marinas y portuarias, sello personal, y una música de misterio concebida por Oreste Fiengo. El compositor italiano se supera en cada una de sus creaciones, aunque, por poner un pero, en este caso no termina de combinar muy bien con la historia que se cuenta en la película.
En los primeros segundos ya somos conscientes de que tan exiguo argumento se va a sostener principalmente en las beldades de las protagonistas: la propia Angela, y su hermana Sarah, vacunada contra la querencia y afincada en el país caribeño desde hace casi dos lustros, en el cual se dedica a la cría y adiestramiento ecuestre con su empresa Bayahibe Equus.
Logo de los establos que regenta Sarah Nobilova
En la piscina de Hotel Caserma se refresca Angela mientras Sarah la contempla desde la orilla. Una bucólica escena en este hotel de Bayahibe ideal para la clase media. Angela lleva ya unas semanas tomando la medicación para hacer frente a la falta de apetito, aunque todavía no tiene mucha hambre. Por el contrario, se nota excitada en muchos momentos del día y mira con lívido a los chicos musculados que pasean por la recepción. No entiende el motivo, pero no le disgusta su nueva promiscuidad, promiscuidad que, de momento, se reduce exclusivamente al oteo y al goteo, y no ha pasado a mayores.
Hermanas de tinte (la Nissan Frontier de la vaquera Sarah puede verse al fondo)
La anfitriona, Sarah, no puede estar constantemente atendiendo a su hermana por culpa de los numerosos romances que sostiene en toda la redolada. En la siguiente escena se marcha con un sátiro a la playa de Isla Saona para colmar sus necesidades básicas. En la cosmovisión de la obra del cineasta napolitano, estas idas y venidas a las playas son fruto de una búsqueda frustrada de la libertad. El mar es esperanza y futuro, y es sobre la arena de la playa en donde saca todo el potencial a las actrices y a las jóvenes promesas de la interpretación.
"No demores tu tardanza que te esperan cenicienta"
En la primera noche, tras el ocaso, las hermanas platican en torno a un rico bodegón de frutas coronado por una enorme y apetecible sandía. Alrededor de este refrescante menú de fructosa y jugo, Sarah le comenta a Angela que ya ha planificado una visita a la Isla de los Delfines, y por supuesto, que tiene localizado un buen centro comercial para quemar las tarjetas de crédito.
Angela apenas prueba bocado, porque tiene la mente en otras cosas y, de hecho, no tarda en confesárselo a su hermana, para que le facilite algún escarceo con uno de los tantos isleños que conoce. Cuando eran más jovenzuelas, su hermana mayor le confesó que era toda una experta tocando el añafil, y Angela se quedó con esa copla.
Fraternité a pesar de la distancia
Sarah se escandaliza con las inapropiadas peticiones de su hermana
En shock, así se ha quedado Sarah cuando ha entendido por fin el motivo de la visita de su hermana. Angela está que se sube por las paredes y antes de mancillar su reputación en su querida Praga, ha preferido cruzar el charco para entregarse al amor sin preocupaciones y, sobre todo, sin dejar rastro. Ahora tendrá que organizarlo todo... aunque no para su disgusto, a decir verdad.
Sarah, tirando de la chorbolista
Angela se impacienta... La manecilla del reloj apenas avanza
Por fin regresa Sarah y le trae dos regalos: un sombrero de cowboy, para ir conjuntada con el negocio hípico de su hermana, y también la noticia de que va a visitar una granja apícola para conocer la producción de miel en República Dominicana. Angela parece algo decepcionada, pero también sabe que la miel es nutritiva y que este tipo de turismo podrá serle útil a la hora de animarse a probar bocado.
Es mejor la miel que la hiel
El mejor look para acudir a una granja de abejas. (Imagen de IA)²
Algo parecido a "un enjambre en fundo ajeno" es lo que sucede al lado de esta piscina...
La granja apícola está en la villa Punta Minitas 12, que puede alquilarse por 4000 euros al día
Respecto a la apicultura en República Dominicana, es necesario remarcar que surgió durante los albores de la colonización, ya en el cuarto viaje de Colón, cuando introdujo la variedad de abeja denominada Hispaniola y conocida comúnmente como la Negra Holandesa. Esta se diferencia de otras variedades porque es productora de una miel de color marrón muy oscuro. En la actualidad aporta su granito de arena al producto interior bruto dominicano tanto con la venta de producción como por las visitas guiadas para los turistas que buscan algo más que tostarse al sol y bañarse en el mar Caribe.
Copita tras copita en el hotel Caserma
Las hermanas se van poniendo al día, pero Sarah pronto se percata de que su hermana se ha convertido en un súcubo insaciable y eso le inquieta, a la par que le encanta. Su hermana frígida se ha transformado por completo.
Desde el punto de vista argumental, estamos ante un Bellocchio monocorde y somero, más difícil de trasegar que un bocadillo de tornillos, aunque hay que reconocer que escenifica con maestría el modo en que dos hermanas retoman una relación maltrecha por la distancia, y abren tanto sus corazones como los cofres que guardan sus más oscuros secretos.
En su establo y criadero, Bayahibe Equus, la buena de Sarah se presenta con un top que más bien se parece un parche para el ojo, con el objetivo de implicar a varios corronchos en las experiencias impúdicas de su hermana pequeña. En concreto, se nos muestra a uno de ellos de nacionalidad francesa que parece sacado de Gandia Shore y que se comunica haciendo alarde de un cómico pichinglis. Esta agradable conversación permite deducir que hay una gran complicidad entre ellos, sin entrar en más detalles.
Quien fuera silla de montar...
Unas vacaciones deshonestas, pero inolvidables...
Sin embargo, no todo iba a ser placer de camastro, y ahora que Angela ha quemado suficientes calorías es el momento de que se alimente como es debido, y nada mejor que el característico dippeo de la isla, influjo de las costas mexicanas y del turismo yankee, que permite degustar los nachos y tortillas de maíz con deliciosas salsas picante, de queso cheddar fundido o de saludable guacamole.
Al rico dippeo. (Imagen de IA)³
El DIP es un diminutivo de dipping sauce, y consiste en untar un alimento sólido en un salsa especial. Se originó en la frontera entre Estados Unidos y México, así que pertenece a la clásica cocina tex-mex que puede degustarse en los restaurantes galos Buffalo Grill. Sarah considera que es mejor planazo para recuperar fuerzas, y coger energías para lo que vendrá, ya que, la alimentación y la actividad carnal se retroalimentan mutuamente.
Una última ruta en barco antes de regresar a Europa
En el apartado del maquillaje, hay que hacer una mención especial a Lucia Furino que, por necesidades del guion, se ve obligada a intercambiar las edades de las protagonistas. En la vida real, Tarra Wait tenía 21 años y Kathia Inmobili 24, pero en sus papeles de hermanas Tarra (Sarah) es la mayor y más experimentada, mientras que Kathia (Angela) tiene tan solo 22 años.
El hotel Caserma es un estupendo resort para pasar una semanita en el paraíso
El bloque en el que se alojaron las dos hermanas ha sido repintado en los últimos años.
Las despedidas de hermanas son siempre un drama. Las gafas de Angela son de Fendi. Otro product placement velado...
El autobús de Otto Mann viene a recogerla (una increíble Hyundai Grace de los años 90)
Foto de la Hyundai Grace
¿Quién te ha visto y quién te ve, hermanita mía? Hasta la próxima...
La gran duda que nos queda es si el farmacéutico entendió mal la letra manuscrita del doctor, o si, sencillamente, el Dr. Kohoutský, haciendo gala de un ingenioso pensamiento lateral, sabía muy bien lo que estaba recetando, y optó por reavivar el apetito alimenticio a Angela, sexo mediante... O incluso quizás buscaba una segunda consulta médica en el futuro con una Angela más predispuesta que nunca a lo que surja...
En definitiva, una película más de la saga tropical que, si bien aporta poco a la obra de Bellocchio, sirve para consolidarla un poco más y acercar el pincel del artista italiano a la siempre refrescante y veraniega nouvelle vague.
FIN
VALORACIÓN: 2/10
Ficha:
Private Tropical 39 "On vacation with my slim sister"
Título en castellano: “De viaje con mi flaquita"
Año: 2008
Género cinematográfico del argumento: negligencia médica, nouvelle vague
Destino paradisíaco: República Dominicana
Actores estelares: George Bull, Tarra Wait, Kathia Inmobili, Lucy Selle, Crystal Fink,
Jorg Skopje, Phil Holyshit, Natalie Bolt
Dónde la puedo encontrar: Private o en una sencilla búsqueda en Google
The first film of the Private Tropical saga on Reunion Island starts aboard a yacht, not far from the coast. Captain Malcomini, his brother Francesco and another sailor take care of a rich Swedish blonde. Just arrived from Stockholm, she has rented a ship trip for herself and sunbathes, relaxed.
It's midnight. Eve of a wedding in style. The engaged couple strolls through a manicured French garden in Barre Trigano Castle, accompanied by a third woman. - "It is my parents' house" says the future wife. This luxurious mansion has little of a house and a lot of a palace. Everything is going great, even the relationship with the sister-in-law seems to be quite cordial and the atmosphere is calm.
Max Bellochio decides to start this new edition of Private Tropical already in paradise, leaving the opening in Europe for another time. The camera flows around the island of Martinique, specifically the Ilet Thierry , and soon focuses on a pontoon that leads to an old hotel.
Naples. Located at the viewpoint of the Belvedere di Sant Antonio a Posillipo , the camera takes a dive down from Castel de Sant´Elmo to Piazza Sannazaro. By the hues of the sky we deduce that the sun has already hidden behind the Mediterranean.
A very brief panoramic view of a subtly colonial enclave places us directly in the paradisiacal destination. In a matter of seconds, we will be immersed in a matrimonial argument full of long faces and rudeness. There are many open wounds in the couple we see on screen, and their stormy relationship will be the common thread throughout the film.
A palatial room introduces us to this new movie of the tropical saga. A work meeting takes place, in which the manager of IEM Immobiliare, Lenka Saunder (the wellknown Jennifer Dior from the nineties), explains the details of the next business trip that her subordinates Susan and Jennifer are going to take. The destination: the paradisiacal island of Saint Loupen. The objective: to convince Bruno Le Fleur to sell his land to the company to build the IMR tourist complex there.
On the shore of the sea, on the fine white sands of the Caribbean, lies a gangster dressed in a spotless Trilby hat and electric blue sunglasses typical of a villain from the Austin Powers saga. The capo enjoys the tropical parnassus of the French Antilles, the Grande Terre island of Guadeloupe, surrounded by female deities, toasting with Moët and savoring a Cuban cigar.
A melodious tropical tune greets us in the opening credits of Max Bellocchio's Caribbean Dream. The title of this film is a clear nod to the American dream, but with palm trees and daiquiris in the equation. The composer, as this filmmaker is accustomed, is Oreste Fiengo and endless confused images are shown to us in an agitated way. We are facing a new Caribbean tragicomedy loaded with love affairs, scams and ship fuel.
The opening credits, in black and white and with a soundtrack that invites pessimism, announce that we are going to witness a tragic piece with a bad ending. What starts badly ends badly, as the popular saying goes. The close-up takes us to the very Caribbean, to a beach in the north of the Dominican Republic, where a lonely young man named Steve meditates on his current situation.
Una historia de dinosaurios que se precie debe dar comienzo en un aeródromo. Los exploradores son asiduos usuarios de estos polvorientos lugares con hedor a queroseno, sudor, aceite de motores, y un espíritu de adrenalina y aventuras dominándolo todo. Primera parada: el Aeródromo Base ULM de Cambaie cerca de Saint Paul, en la Isla de Reunión.
La autora tiene que sacar de donde casi no la dejan y aún así consigue sacarte una sonrisa. Ojalá no se acabe nunca.
ResponderEliminar