Martin Standorf es originario de Böblingen, Alemania, pero fue un trotamundos precoz y ya en la veintena se fue a trabajar como monitor de deportes de invierno a Suiza, a la estación de Saint Moritz. Años después, en 2001, siendo un profesor de esquí bastante experimentado, se mudó a la estación Cortina D´Ampezzo para cambiar de aires.
Versión argumental de Ley y mentiras en el Caribe (VOSE)
TRAILER de Ley y Mentiras en el Caribe
Por su parte, Miranda Svokat, checa de nacimiento, era una promesa junior de la disciplina slalom y se formó en Innsbruck en su adolescencia. Una grave lesión de rodilla impidió a Miranda participar en los juegos olímpicos de Salt Lake City con tan solo 14 años... Muy pronto se dio cuenta de que sus genes no estaban al nivel competitivo exigido y, lastrada por los dolores, se convirtió en entrenadora oficial antes de los 18 años.
En las Navidades de 2005, Miranda se trasladó también a Cortina D´Ampezzo y en una de las soleadas mañanas de enero conoció a Martin en el mirador del refugio Cima Tofana. Amor en ebullición, comenzaron a vivir juntos unos meses más tarde y en 2006, tras un movimiento enigmático, decidieron buscar la tranquilidad marchándose a vivir a una diminuta estación invernal del Sistema Ibérico, en el interior de España: Valdelinares.
Existe un enorme hermetismo alrededor de la vida y finanzas de la pareja Standorf en los dos años sucesivos. El origen de su fortuna es un misterio total, quizás encontraron el tesoro del Grial en alguna ermita des Maestrazgo... Sea como fuere, meses después parecieron cansarse de la nieve y fundaron una ONG en la República Dominicana: Hydro Green. Esta organización no gubernamental estaba destinada a la compra de todas enormes extensiones de jungla dominicana que el gobierno de turno iba recalificando. Para sorpresa de todos, no adquirían dichas hectáreas para construir resorts o complejos turísticos, sino para mantener la selva tropical virgen, protegiendo así la biodiversidad y preservando los hábitats, lo cual es muy laudatorio. En otras palabras, de la noche a la mañana se convirtieron en unos filántropos ambientales que, hacia finales de 2007, ya se habían ganado una gran reputación dentro del movimiento ecologista global.
Logo de la ONG de Martin y Miranda Standorf
Esta recapitulación no nos la muestra el director Bellocchio en la película. Con ánimo de no aburrir al espectador con las memorias de esta pareja de jóvenes europeos, la primera escena nos sitúa ya en República Dominicana, en la villa Punta Aguila 17 de La Romana en Bayahibe, al sureste de la isla.
Martin y Miranda se besuquean delante del mar Caribe
La villa ha estado a la venta después de la filmación de
esta película como puede verse en este enlace a su web
Después de la escena inicial, nos subimos a bordo de un barco en el que un bigardo, el Sr. Gucci, y una fina rubia, su secretaria, hablan acerca de un óbito. Ha saltado a los medios de comunicación la noticia de que ha fallecido el filántropo ecologista Martin Standorf. Sr. Gucci es un promotor inmobiliario afincado en Roma que ha volado hasta el Caribe inter alia para cerrar unas compraventas de terrenos con su viuda, la Sra. Miranda Standorf. El product placement de esta escena es la prestigiosa firma Lacoste, que viste con un polo al Sr. Gucci, quizás a modo de un metafórico recurso por sus lágrimas de cocodrilo...
El espectador más moralista analiza ipso facto el movimiento del Sr. Gucci, que casi sin guardar el consuetudo luto propio de las sociedades avanzadas, se ha trasladado hasta esta isla tropical con la firme idea de hacer negocio. Los tratos empresariales precisan de mentes analíticas, calculadoras y exigen actuar con frialdad y, quizás la Sra. Miranda no esté en estos momentos de dolor en las mejores condiciones para dirigir una ONG sostenida por medio de enjuagues contables y manejar las propiedades de selva tropical virgen con el cuidado necesario.
Gafas de luto pero vestido de mantel de trattoria
La viuda entra en escena con unas gafas de funeral, que recuerdan un poco a las que llevaba la funesta Rosario Porto, y rápidamente le espeta que es plenamente consciente de que el Sr. Gucci no ha cruzado el Atlántico solo para darle el pésame. Se hace cargo de ello y quizás sea por el siguiente motivo. El profesor Joan Tubau dijo hace un tiempo algo así como que los seres diminutos se entronizan en sus propias tragedias y construyen allí, letra por letra, su narrativa. Como si fueran moscas en un pozal de leche recién ordeñada o un cerdo en el tarquín, se regodean en su infortunio porque la calamidad es lo que les da voz. Antes vivían en la indiferencia y ahora al fin son oídos por el resto de personas. No es muy recomendable definir tu carácter centrándote en la condición de víctima que te ha tocado vivir por el destino o la mala fortuna. Miranda parece seguir estas enseñanzas y le quita importancia al descaro del Sr. Gucci, manteniendo la compostura delante de un promotor movido por un mero interés crematístico enfocado en construir el mayor resort hotelero de todo el Caribe.
Mirada de víbora
A pesar de las filípicas palabras de Miranda, el promotor es muy consciente de que ahora, con la nueva heredera a cargo de todo, hay muchas más posibilidades. En la misma reunión, el Sr. Gucci aprovecha también para anunciarle que, tras esta primera toma de contacto, deberá cerrar el trato con su socio, el Sr. Wiggle, ya que él debe regresar al Viejo continente a la mayor brevedad.
La viuda voyeur observa a la pareja "pasear" por cubierta desde su traslúcida mashrabiya
Este muerto está muy vivo
Ante los atónitos ojos del espectador, Martin aparece y no se trata de un recuerdo. Miranda y él conversan sobre lo necesario de mantener en secreto su falso fallecimiento y es que sigue disfrutando de las brisas del Caribe con alegría, gomelería y buenos alimentos. Aunque no todo es tan formidable como una pueda llegar a pensar porque Martin detesta estar en esta especie de prisión del deseo e incluso le pide a su mujer que le envíe algo de diversión...
Y es que, estar encerrado en una vivienda como si fuera un arresto domiciliario se te puede hacer más largo que una actuación de Kathakali. Estamos ante una especie de Sísifo de nuestro tiempo, que engaña con su muerte, aunque todavía no sabemos con qué finalidad. Sin embargo, como le ocurriese al fundador del reino de Corinto, también se ve obligado a tener una existencia absurda viviendo dentro de cuatro paredes, presa de la futilidad, como en un círculo vicioso hacia la eternidad.
Otra foto de la villa Punta Aguila 17 la web en la que tiene lugar esta escena
Las mentiras, por tanto, no tardan en salir a la luz...
Vamos a hacer ahora un alto en el camino para hablar del otro elemento que figura en el título de la película: la Ley ("lex"). Es necesario aclararlo debido al complejo sistema que determina la ley aplicable al matrimonio y, por ende, que establece los efectos sobre la unión marital. También es importante diferenciar los conceptos propiedad y posesión: dos conceptos elásticos y muy distintos. A primera vista, es evidente que Miranda aparenta disfrutar de la plena propiedad de los bienes de su marido, sin embargo no es la heredera como tal, sino una mera usufructuaria, y por tanto solo tiene la posesión.
Demos un paso atrás por un segundo. La pareja contrajo matrimonio en 2006 en Alemania sin ostentar en aquel momento una ley personal común (Martin es alemán y Miranda es checa) y, sin cartular mediante documento auténtico la ley aplicable, se aplicó de forma automática la tercera opción del artículo 9.2 del Código Civil, en el Capítulo IV del Título Preliminar sobre Normas de Derecho Internacional Privado. El tenor literal de dicho precepto es que se aplica la "ley de la residencia habitual común inmediatamente posterior a la celebración del casamiento". Ya vivían en Valdelinares cuando aconteció el desposorio, por lo que se aplica el Código Foral de Aragón, que incluye varias peculiaridades interesantes como el usufructo vidual.
El usufructo vidual es una figura única en toda España y otorga el derecho al uso y disfrute sobre determinados bienes del premuerto, al supérstite. El origen de usufructo con carácter universal se sitúa en el año 1247, y fue complementado en el siglo XV con el Fuero de Alimentis. Sin embargo, la gran peculiaridad que ahora nos atañe es que, al margen del usufructo, la nuda posesión le pertenece a los herederos legítimos. En ausencia de testamento o pacto sucesorio, siendo que la viuda no es legitimaria en Aragón (no habría preterición en ningún caso), y a falta de filiación, el ascendente más próximo de Martin, su padre Nicklaus, resultaría heredero de todos los bienes. Miranda, sin embargo, tiene derecho al usufructo de dos tercios del total. Siempre se ha dicho que más vale ser viuda en Aragón que reina de Castilla.
El embuste que cuenta Miranda a los eventuales compradores se sostiene porque, dada la juventud de la pareja, era esperable que no se hubiera redactado el testamento. Por eso, es preciso adjuntar a todas las compraventas un poder de representación enviado por Nick desde Zuffenhausen, que permite ejecutar estas transmisiones inter vivos conforme al 290.2 del Código Foral de Aragón: "puede enajenarse la plena propiedad de bienes determinados, concurriendo el viudo usufructuario con el nudo propietario. Salvo pacto en contrario, quedarán subrogados el precio o la cosa adquirida en lugar de lo enajenado".
En cualquier caso, un lio morrocotudo que busca exclusivamente el buen fin en las ventas de las fincas tras el supuesto fallecimiento de su marido. Para llevar a cabo su plan han sido asesorados por el abogado foralista Raúl Guzmán, que ha hecho las veces de amicus curiae desde su despacho Oficinas de Raúl Guzmán y asociados. Ya saben, cuando tengan dudas sobre la aplicación del derecho propio aragonés: Better call Raúl!
El Sr. Gucci aprovecha sus últimas horas en el paraíso
"Troncos al borde del mar" Max Bellocchio
Tras despedirse de Martin, Miranda condujo su Isuzu Trooper para reunirse con el Sr.Wiggle, el socio de Sr. Gucci, en el Country Club de Golf. Allí, subidos en un caddy, la supuesta viuda le recuerda que toda aquella área también está en venta (el Country Club de Golf es la única excepción que hicieron Martin y Miranda Standorf con ánimo de lucro, con el fin de sostener económicamente su proyecto conservacionista).
El Isuzu Trooper en color forest green (al fondo a la izquierda) se cambia
por un caddy conducido por el servicial Miguel, un gondolero en el paraíso...
El actor masculino (Jorg Skopje) parece que no le pone mucho empeño al diálogo, como si apareciera en la escena únicamente por otros motivos que no vienen al caso (...) .
El objetivo es jugar unos cuantos hoyos para que la negociación sea más agradable. ¿Será más importante un buen drive o tener buen control de las emociones en el putt?
¿Swing o Swinger?
Melancolía bajo la melena rubia teñida
Esperanzas bajo la tez inflada con creatina
Algunas invitadas llegan a la casa de Martin
Dejando el country de golf a un lado, Miranda ha cumplido su palabra, y en lugar de darle una pastilla para apaciguar, le ha llevado a Martin unas suculentas dádivas en forma de mujeres de moral laxa... Esta pareja disfruta de una gran relación abierta igual que James y Catherine Ballard en Crash de Cronenberg, lo cual aporta un gran interés al desarrollo del filme. Esperemos que las pelanduscas no extiendan por la isla la noticia de que Martin Standorf ha fingido su propio deceso.
La viuda negra va tejiendo la telaraña y tiene el plan en su cabeza
El plan se sigue desarrollando a la perfección, aunque los días de enclaustramiento y la vida monacal empiezan a pesarle en exceso al apesebrado de Martin. Miranda, sin mucha empatía, le informa de que va a quedar en la playa con los promotores para enseñarles las propiedades, lo cual todavía acentúa más la sensación de esplín y aislamiento del teutón. Aún así, como buen alemán, está pendiente de la organización y la logística, y le recuerda la necesidad apremiante de recibir los poderes de representación de Nick para la efectiva disposición de las fincas.
Magistral uso de la luz del atardecer en esta escena en la que el hastío
y el amor confluyen en unos segundos de metraje
A la siguiente reunión entre Miranda y el promotor francés Sr. Meunier acude también la meticona secretaria de Sr. Gucci, lo cual resulta muy desconcertante. El Sr. Meunier quiere erigir un gran parque acuático a la altura de los mejores aquaparks del mundo. En la negociación para llegar a la ZOPA (Zona de posible acuerdo), la supuesta causahabiente de los predios, usa el enlabio y comienza a encandilar al Sr. Meunier diciéndole que sus manos le recuerdan a las de su difunto marido, y pidiéndole que le acaricie el cuello con la palma de la mano...
Todo muy fuera de lugar cuando el cuerpo de Martin todavía está caliente...
El Sr. Meunier no parece entender muy bien qué ocurre
Todo este trabajo de persuasión constante llevado a cabo por la Miranda finalmente confluye en la reunión final, en la que se va a firmar la transmisión de los bienes raíces a orillas de la piscina y en un ambiente distendido, lo cual es un guiño a la flexible sociedad caribeña, en la que el estrés y las formalidades se quedan guardadas en el baúl, y en la que predomina la buena vida y el salseo.
La firma definitiva se plasma tanto en los originales como en los trasuntos
Sin notario pero con copichuelas
Miranda, con un look de espía moscovita de los años 80, les recuerda con delicadeza que deben firmar todas las hojas
Un brindis por otro negocio redondo
Como apunte importante, la firma se lleva a cabo en la propia vivienda de los Standorf (suponemos que Martin está escondido en el búnker anti bandoleros) y termina con una celebración por todo lo alto en el propio jardín de su villa, villa que Miranda acaba de venderles a los promotores.
Hasta este momento, ya en postrimerías del filme, el espectador no acaba de entender qué tipo de estafa ha estado pertrechando la pareja Standorf... Un poco como ya sucediere en el filme del también italiano Gabriele Muccino protagonizado Will Smith: Siete Almas... aquí también llevamos un setenta por ciento de la película y el ovillo de la historia sigue sin desenredarse: impera la confusión. El observador más avezado se debate quizás entre algo similar a unas eventuales impugnaciones de las disposiciones por adquisición a non domino... pero al final sería necesario restituir toda obligación pecuniaria para la efectiva resolución contractual.
A nivel etiológico tampoco se entiende esta decisión ambivalente de vendérselo todo ahora a promotores sin escrúpulos tras haberse entregado al medioambientalismo más radical en los últimos años.
Max Bellocchio no nos hace sufrir más y pronto nos desvela toda la estratagema que, además, ha dado sus frutos tras una perfecta ejecución por parte de Miranda.
Brindando en la infinity pool de la villa Punta Aguila 17 de Bayahibe
En República Dominicana, todo ciudadano medianamente informado conoce ya el plan gubernamental para expropiar todos los bienes inmuebles pertenecientes a extranjeros, con el fin de que la riqueza se quede en el país y de que reine la autarquía. Es por ello que Martin, un tío tan listo que estaba lúcido incluso en su propio funeral, ha aceptado vender ahora sí todas sus parcelas por 230 millones de dólares americanos, porque iba a perderlas de todos modos en medio año.
Sin embargo, no puede hacerlo en persona porque los promotores a los que ha rechazado en innumerables ocasiones sospecharían de semejante traición al frontispicio de conservación natural que ha regido la etapa final de su vida. Es mucho más creíble que ahora sea la viuda la que se deshace de los cerriles para obtener liquidez. La verdad es que están asechando sí, pero no usan información privilegiada, dado que Gucci, Meunier, Wiggle y la secretaria podrían haberse enterado a través de cualquier pasquín de las medidas draconianas que pretende implementar el gobierno.
Silvie, una amiga de la pareja, escucha el plan con atención
Champagne André introduce un product placement en esta escena apoteósica
Por otro lado y a modo de corolario, Martin confía en que el nuevo gobierno filocomunista apueste por la conservación de la naturaleza... aunque es sabido que en la URSS a partir de 1950 se cometió un continuo ecocidio (desecación del mar de Aral, proliferación de armamento nuclear, fusión del núcleo del reactor de Chernobyl o la contaminación del Lago Baikal, son algunos ejemplos lamentables...)
El tiempo lo dirá... En cualquier caso, el próximo destino para la pareja es Tahití... quizás algún día una nueva película de la saga tropical tenga lugar en la Polynesia Francesa con Martin y Miranda como protagonistas. En los créditos, el compositor David Wurst (que sustituye a Oreste Fiengo) nos despide con unas fabulosas melodías que recuerdan a unas jarchas, para dejar su impronta personal.
FIN
VALORACIÓN: 3/10
Ficha:
Private Tropical 35 "Lex & lies in the Caribbean"
Título en castellano: “Ley y mentiras en el Caribe"
Año: 2008
Género cinematográfico del argumento: romance, legal
Destino paradisíaco: República Dominicana
Actores estelares: George Bull, Tarra Wait, Boroka Calls, Joe Monta, Kathia Inmobili, Phil Holyshit, Jorg Skopje
Dónde la puedo encontrar: Private o en una sencilla búsqueda en Google
The first film of the Private Tropical saga on Reunion Island starts aboard a yacht, not far from the coast. Captain Malcomini, his brother Francesco and another sailor take care of a rich Swedish blonde. Just arrived from Stockholm, she has rented a ship trip for herself and sunbathes, relaxed.
It's midnight. Eve of a wedding in style. The engaged couple strolls through a manicured French garden in Barre Trigano Castle, accompanied by a third woman. - "It is my parents' house" says the future wife. This luxurious mansion has little of a house and a lot of a palace. Everything is going great, even the relationship with the sister-in-law seems to be quite cordial and the atmosphere is calm.
Max Bellochio decides to start this new edition of Private Tropical already in paradise, leaving the opening in Europe for another time. The camera flows around the island of Martinique, specifically the Ilet Thierry , and soon focuses on a pontoon that leads to an old hotel.
Naples. Located at the viewpoint of the Belvedere di Sant Antonio a Posillipo , the camera takes a dive down from Castel de Sant´Elmo to Piazza Sannazaro. By the hues of the sky we deduce that the sun has already hidden behind the Mediterranean.
A very brief panoramic view of a subtly colonial enclave places us directly in the paradisiacal destination. In a matter of seconds, we will be immersed in a matrimonial argument full of long faces and rudeness. There are many open wounds in the couple we see on screen, and their stormy relationship will be the common thread throughout the film.
A palatial room introduces us to this new movie of the tropical saga. A work meeting takes place, in which the manager of IEM Immobiliare, Lenka Saunder (the wellknown Jennifer Dior from the nineties), explains the details of the next business trip that her subordinates Susan and Jennifer are going to take. The destination: the paradisiacal island of Saint Loupen. The objective: to convince Bruno Le Fleur to sell his land to the company to build the IMR tourist complex there.
On the shore of the sea, on the fine white sands of the Caribbean, lies a gangster dressed in a spotless Trilby hat and electric blue sunglasses typical of a villain from the Austin Powers saga. The capo enjoys the tropical parnassus of the French Antilles, the Grande Terre island of Guadeloupe, surrounded by female deities, toasting with Moët and savoring a Cuban cigar.
A melodious tropical tune greets us in the opening credits of Max Bellocchio's Caribbean Dream. The title of this film is a clear nod to the American dream, but with palm trees and daiquiris in the equation. The composer, as this filmmaker is accustomed, is Oreste Fiengo and endless confused images are shown to us in an agitated way. We are facing a new Caribbean tragicomedy loaded with love affairs, scams and ship fuel.
The opening credits, in black and white and with a soundtrack that invites pessimism, announce that we are going to witness a tragic piece with a bad ending. What starts badly ends badly, as the popular saying goes. The close-up takes us to the very Caribbean, to a beach in the north of the Dominican Republic, where a lonely young man named Steve meditates on his current situation.
Una historia de dinosaurios que se precie debe dar comienzo en un aeródromo. Los exploradores son asiduos usuarios de estos polvorientos lugares con hedor a queroseno, sudor, aceite de motores, y un espíritu de adrenalina y aventuras dominándolo todo. Primera parada: el Aeródromo Base ULM de Cambaie cerca de Saint Paul, en la Isla de Reunión.
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