Crítica de cine: Private Tropical 3 "Tropical Heat" (2002) (Sandra Pusso, Jessica Fay, Melody Tragic, Kyra Rat)


Estamos ante un thriller de acción con reminiscencias de los 90, y el compositor Oreste Fiengo nos sumerge en el ambiente con una electrónica con drum´n´bass y voces arábigas. El viaje ha comenzado y algunos pasajes de este largometraje nos recordarán, en ocasiones, a Licencia para matar.
Private Tropical 3 Tropical Heat trailer (en castellano)

Parte 1 de la versión argumental de Tropical Heat (en castellano)

Parte 2 de la versión argumental de Tropical Heat (en castellano)

Cómo olvidar aquella mítica serie protagonizada por Rob Stewart

La isla es, nada más y nada menos, que Guadalupe, la antigua colonia francesa. Puertos deportivos, descapotables, avionetas, motos de agua, parajes caribeños y chicas rubias nos reciben en un torrente de imágenes a ritmo makinero.

La costa es siempre un excelente reclamo para las películas de acción

Sesión en alta mar

En un coqueto yate, un curtido fotógrafo está en plena sesión con dos modelos rubias, que se calientan y pasan a mayores. El artista les insta a concentrarse en el proyecto: "Estamos trabajando, no os paséis" aunque opta por no enfrascarse en una discusión y decide aplazar el photoshoot. Ambas chicas se dejan llevar, ya sin el impertinente objetivo de la cámara réflex enfocándolas. Comienzan las escenas de alta temperatura.

Tras este opening, aparece una imagen de una ciudad europea, de su centro neurálgico y comercial con viviendas de clases acomodada, hoteles, bancos y tiendas de moda.

Rodier, CaixaBank, hoteles, tiendas de moda...

Vídeo del verano 2022

Muy pronto nos darán a entender que se trata de Frankfurt, cuando en realidad en las Rue de Antibes, la principal calle de compras de Cannes, en el cruce con Rue de Lerins y Rue del Oran.

Foto actual del mismo cruce.

La imprenta de Private magazine

Un tal Robert telefonea a Guadalupe para hablar con Helmut. En cuanto suena el inalámbrico, Helmut le indica a la rubia llamada Greta que si es "una chica de Los Angeles, que le diga que no está" pero al descolgar, le informa de que le contactan desde su oficina de Frankfurt.

Telepictures al habla

Robert le comunica a Helmut que la revista Clipper les ha encargado una sesión de fotos de estilo paradisiaco para su calendario de modelos del 2003. Helmut rechaza en un primer momento el encargo ya que él "no hace esos apaños" pero rebla cuando Robert le anuncia que le pagarán 40000€ por el trabajo. Rápidamente se deduce que ambos emprendedores son socios y que su relación no es del todo fluida. También puede que naveguemos en un mar de mentiras si Helmut desconoce que Robert se encuentra en Cannes, en lugar de en Frankfurt, o quizás Helmut esté harto de trabajos que no están a la altura de su vertiente artística.
Logotipo de la revista Clipper

Helmut continúa con evasivas y advierte que no quiere abandonar del Caribe para ir a hacer las fotos, pero Robert le tranquiliza y le dice que ya tiene los cuatro billetes de avión para acudir, con las tres modelos, hasta Guadalupe.

"Tengo más trabajo y hay que celebrarlo"

Helmut está radiante y les da a las chicas un par de fardos de billetes para que se gasten algo de dinero en las tiendas de souvenirs. Un encargo de 40000€ es justo lo que necesitaba para proceder con una operación que lleva años rondándole por la cabeza.

Deportivos Renault Megane, como en toda colonia gabacha

En cuanto Robert aterriza a Guadalupe, alquilan un Megane descapotable y van al muelle en donde les espera Helmut, a bordo del Remora. Nada más llegar, el género es mostrado al fotógrafo de moda, que no tarda en dar su aprobación. Las modelos se llaman Viktoria, Bernardette y Darma. 

Género importado desde Europa

Nada más terminar de ojear a las tres hembras, los envía a todos para el hotel porque mañana será un día muy duro ya que hay que comenzar las sesiones de fotos en la playa. El sol es muy potente en las horas centrales del día y es recomendable madrugar.

Tarta velvet 

Sobre las 11:00, Helmut envía a Robert a buscar localizaciones para la futura sesión de Bernardette, y este se escapa con Darma en la moto de agua. Mientras tanto, Helmut se queda con Viktoria para unas fotos en solitario en la orilla. La búsqueda de localizaciones va a ser “precaria“, como diría el teniente William Garrison en Blackhawk derribado.

Buscando localizaciones...

Podemos observar que la acción, por el momento, brilla por su ausencia, aunque estamos en una larga entradilla en las que se nos pretende transmitir la calma antes de la tempestad. La relajación continúa esa misma noche en el yate, Helmut le traslada a Greta y a su amiga en una conversación distendida sobre lo bien que trabaja el afroamericano, y lo feliz que está con ellas dos. El alcohol ha hecho mella y por eso, si antes las criticaba por bolleras, ahora las alaba por su profesionalidad.

Alcohol de medianoche

Turno, al día siguiente, para la sesión de fotos con Darma. Se supone que en la localización que había encontrado en la excursión de la jornada previa con Robert, aunque es una playa cualquiera y es más que evidente que le han dado indicaciones de lo primero que vislumbraron.

Darma sobre las playas de Guadalupe

Nos encontramos una vez más en el barco y es que las noches son un remanso de paz en Guadalupe. Ahora Greta y su amiga le preguntan a Helmut acerca de cómo trabajan las modelos de la revista Clipper. Parece que los celos están muy presentes en esta isla y estos sentimientos son realmente peligrosos, como veremos más adelante.

"Novatas; no son como vosotras"
 
Helmut les resta caché a las recién llegadas europeas: "no son profesionales" y, a continuación, les informa de que van a venir esa misma noche al barco, en compañía de Robert, así que si lo desean pueden irse a dar un paseo. Ellas aceptan el consejo y le piden el catamarán para irse con el afroamericano y el ayudante llamado Dave, hasta la mañana siguiente. Se viene marejada.

Catamarán multicultural

Al final de la jornada se despiden de Helmut por última vez, y se marchan a Estocolmo, lugar al que Greta le invita a viajar. Es una despedida tranquila y sencilla. Se puede palpar que han pasado unas buenas semanas en el Caribe.

¡Nos vemos en el Báltico!

Antes del adiós definitivo, aparece Robert con Viktoria, Bernardette y Darma, que pernoctarán en el barco los últimos días para hacer las últimas sesiones de fotos. Estas sesiones incluyen vuelos en avioneta para buscar localizaciones, la ansiada sesión con Bernardette en la selva, etc.

Cambio en el minuto 73

Bien temprano, en una pista de despegue secundaria del aeropuerto de Guadalupe comienza un viaje por los islotes con el fin de encontrar nuevos enclaves para hacer las fotografías del calendario. Como paga la revista Clipper, no hay que escatimar.

Avioneta de Carlos Lehder

Dave y Viktoria en vuelo de primera clase hacia el aeródromo de Désiderade

Mientras la avioneta da vueltas en busca de rincones paradisiacos, Helmut le hace la sesión de fotos a Bernardette en La Cascade aux Ecrevisses, un recodo muy visitado en esta colonia francesa por su cascada de tres caños y su bosque húmedo. 

En la cascada de los cangrejos

Tras terminar la sesión, Helmut le pide a su adlátere que localice a Dave, que está tardando demasiado en su vuelo de reconocimiento, aunque tras ver la química que han tenido durante el vuelo, es previsible que la cosa se demore. Además, el jefe le encarga también que guié a Bernardette haste el hotel, sin entretenerse lo más mínimo.

Sin prisa, pero sin pausa

Imagen actual de la cascada

En la avioneta, de nuevo, localización torrida.

Como vemos, la película va subiendo de temperatura pero el plot no termina de estallar. Falta esa acción que nos prometía el ritmo de la banda sonora del prólogo, y el enérgico título del filme. Sin embargo, algo muy importante está a punto de ocurrir que va a cambiar el devenir de toda la película.

Ampliación de capital por préstamo participativo

Helmut le ordena a Robert que se vaya a París, con todos los carretes de fotos, y los entregue en la central de la revista Clipper. Y, de forma sorpresiva, le comunica que ha ahorrado lo suficiente como para hacer una ampliación de capital por préstamo participativo en la empresa que tienen conjuntamente, y dejar las acciones de Rob reducidas a un 4%. Claramente, Helmut subestima a Robert y cree que va a ceder a sus pretensiones a cambio de 20000 dólares de comisión. Le entrega el cheque a Robert para que realice dicha gestión, lo cual es un exceso de confianza que pagará muy caro. 

Carte blanche

El socio traicionado se marcha turbado por el movimiento de su colega societario. Esa condescendía y esa forma de ordenar, propia de un administrador único, nos indica que estamos ante un nuevo Tropical Heat, pero con Robert (Rob) "Steward" (el mayordomo de Helmut) Un guiño a Rob Stewart, sin lugar a dudas.

Viktoria, que vive en Londres, decide quedarse al lado de Helmut, dueño de la empresa de fotografía y ahorrador nato que disfruta de una buena cuenta corriente. A Viky le gusta el olor al dinero, los zapatos de Versace y las prendas de Rodier.

El detalle clave es que el barco se llama Rémora, que es un pez de aguas tropicales que se adhiere grandes peces para obtener así los despojos que requiere como alimento. En otras palabras, se alimenta del trabajo de otros.

Londres, sin dinero, es muy frío

Tres días después, Helmut y Viktoria disfrutan de la paz del Caribe y de buen champán francés. Son nuevos ricos y tienen a su entera disposición el yate Rémora, que aunque no es un barco de lujo, les permite tener intimidad fondeando en calas de difícil acceso. Helmut le anuncia a Viktoria que, en cuanto Robert regrese, irán a hacer un crucero a dónde ella desee, a cualquier parte del mundo. 

Estilo Briatore

En ese mismo instante, Helmut cae en la cuenta de que su socio minoritario no ha dado señales de vida. Entre tanto alcohol, había perdido la noción del tiempo. Sin embargo, Viktoria le tranquiliza al comunicarle que Robert ha llamado mientras él estaba en la ducha y que se ha ocupado de todo: llegará en unas horas en vuelo transatlántico.

¡Qué despistada soy!

En realidad, Viktoria ha recibido una llamada de Robert pero con otra finalidad y muy pronto el telespectador va a descubrir que estamos ante un verdadero thriller de acción tropical que, por fin, se encamina a la apoteosis.

“Había un pájaro escondido...“

Robert espera agazapado en un bote hinchable, para abordar el yate en cuanto Helmut esté despistado. En el aeropuerto se despidió de Darma y Bernardette y él jamás ha abandonado la isla. Ha realizado las gestiones en un banco de Basse Terre y muy pronto podrá retirar el millón y medio de dólares, en cuanto corroboren la autenticidad del cheque firmado por Helmut.

Puñalada por la espalda

Helmut es acuchillado por Robert, ante la reptiliana mirada de Viktoria. Ahora hay que organizarlo todo y Rob da las indicaciones: "limpia la sangre, borra mis huellas, vacía unas botellas de champán en el mar. Luego llámame y déjame un mensaje diciéndome que Helmut se ha caído al mar y que estás asustada. Yo llamaré a la policía y a los guardacostas para denunciar su desaparición".

Pero ponle una lona por encima, hombre...

La escena sucesiva deja al telespectador anonadado, porque Robert, con las manos manchadas de sangre y después de haber escondido el cuerpo del codicioso Helmut, se reúne con una vieja amiga cerca de Pointe-a-Pitre, en la Bas du fort, aunque lo cierto es que la escena tiene lugar en Mougins (Francia), en una villa de Le devens.

Imagen de la película


La coartada es, obviamente, el objetivo de esta reunión amorosa de última hora y, además, de esta manera, ya que se tiene que dar una ducha para eliminar pruebas, lo hace por un doble motivo.

El alibí (Villa Le Devens in Mougins)

Esto todavía no ha terminado y la realidad siempre viene acompañada de una música de piano con tinte melodramático. La siguiente escena en un interrogatorio en el que Robert miente, y les dice que estaba en París con una tal Dora Ferguson. Podría haberles hablado del viaje a Mougins, pero decide complicarlo todo aún más.

Al menos, la sala de interrogatorios no es un sótano claustrofóbico

Hoy, reservando en esta web puedes sentarte en la misma mesa, ubicada en el Impasse de l´Harmonie

A la policía no les cuadra en absoluto que Viktoria dejara un mensaje a Robert y sólo después de aquello, llamase por fin a los guardacostas. Los  inspectores les manifiestan que ambos, aun sin estar detenidos, si que sufren restricción de movimiento (están arguidos, según el argot policial luso) y tienen prohibido abandonar la isla hasta que sea hallado el cadáver y se realice la pertinente autopsia.

Viktoria, visiblemente azorada

A la mañana siguiente, citan a Viktoria en un muelle del Port Caraibes, en Pointe-a-Pitre y le comunican que suspenden la búsqueda del cuerpo del Helmut. Aquellas aguas están infestadas de tiburones y ya no habrá nada que encontrar.

La policía les acecha...

Su novio Helmut es carne de orca...

El policía le advierte no obstante que, por pura formalidad, le informe cuando se disponga a abandonar Guadalupe. Ella no está muy segura de la fecha, aunque anticipa que será dentro de un par de días.


El mismo muelle en la actualidad, con el rascacielos del fondo ahora pintado de blanco.

Robert y Viktoria, los cómplices del asesinato de Helmut se reúnen de nuevo al final de la tarde para acordar su huida. Rob ya tiene el dinero en efectivo y pronto irá a recogerlo a la caleta. Cogerán el próximo vuelo a Londres para iniciar su nueva vida en Europa. Es un buen momento para hacer el amor y celebrar el plan maestro. Oreste Fiengo nos vuelve a deleitar con electrónica potente, a ritmo de thriller, para enmarcar esta aventura policiaca.

La felicidad efímera

Robert es muy inteligente y ha estado regalándole los oídos a Viktoria para que no le delate a la policía, pero lo cierto es que prefiere a Greta, una de las suecas, que hizo como él y decidió, a última hora, no volver a cruzar el charco. Una vez tiene el dinero en su maletín, se acerca a visitarla conduciendo un Daewoo Lanos de alquiler hasta una especie de guarida digna de un narcotraficante de pacotilla, para largarse de la isla lo antes posible.
Quizás analizando el automóvil que ha alquilado Robert entendemos mejor la drástica decisión de Helmut en lo relativo a la sociedad mercantil... Con el dinero propio se decanta por un Daewoo Lanos de perfil bajo, mientras que cuando pagaba la empresa alquiló un Renault Megane descapotable. Ahora bien, también puede ser que Robert, actualmente un fugitivo sospechoso de homicidio, no quiera llamar mucho la atención y por eso haya escogido esa chatarra coreana en la agencia de alquiler de coches.

Rob "Steward" le miente hasta al médico

Querida Greta, eres la definitiva

Viktoria, con su sexto sentido, decide seguirle y espía a la pareja, que conversa en la intimidad, en presencia de los 1,4 millones de euros, acerca de marcharse a Río de Janeiro. Visiblemente afectada, Viky se marcha de allí, sin entrometerse por el momento, con en Daewoo de Rob.

J´te aime

"No me jodas"

Lo cierto es que Viktoria se va a una tienda de productos de pesca y buceo en Le Mole Portuaire, que ahora se llama Karen Shop, a hacer algo de compras. En el trayecto en coche ha estado dándole vueltas a una vendetta y ya ha decidido cómo va a llevarla a cabo. De nuevo la banda sonora nos pone como una moto, con ritmo machacón. Estamos ante una peli tropical de acción de las que ya no se hacen y la tensión se concentra en los últimos minutos de metraje.

La tienda del capitán Nemo
Karen Shop, Marina, Guadalupe

Arpón de buceo Beuchat

Mientras Viktoria elige un souvenir de recuerdo de la isla, un ladrón llamado Max le despluma. Es lo que pasa cuando uno se enfoca demasiado en un objetivo y deja el bolso a sus espaldas. Max vuelve a aparecer como Alfred en sus películas, de secundario de lujo.

Dinero fácil

A pesar del contratiempo, sabe que tiene un botín al alcance de un arponazo, así que busca un cajero cercano y saca el dinero suficiente para comprar la pistola submarina. Esto empieza a recordarnos a La espía que me amó, del magnífico Roger Moore.

ATM

Como vemos, el cajero está a unos metros, en el mismo Le Mole portuaire

Ya dentro del Lanos…Solo las femme fatale acarician sus armas

Sin fantasías de moralidad, Viktoria se acerca hasta la casa en la que vio a Robert y a Greta y entra con el arpón cargado. Sin mediar palabra da buena cuenta de la infausta pareja. Se siente traicionada y atacada en su orgullo. 

Killer instinct

Recargar: un agravante en caso de un hipotético juicio

La segunda víctima

La última visión de Rob "Steward"

Es una isla maldita. Helmut, Greta y Robert han sido asesinados y Viktoria Jackins, en el interrogatorio final con la policía, les confiesa que está aturdida y con miedo a que algo pueda ocurrirle a ella. El inspector jefe, visiblemente compungido, le da carta de libertad para marcharse cuando quiera.

"Esta isla empieza a asustarme, tengo que largarme de aquí"

El porche visto desde la parte de abajo. Esta casa está ubicada en Deshaies y se llama La Kak a Zak

La tía Gilita

Disculpe la molestia, pero tengo una última pregunta Sta Jackins

El inspector le pregunta por el dinero que tenía Helmut en el banco. Al parecer, Robert trajo 1,4 millones de euros desde Europa. En aduanas lo detectaron pero optaron por comunicárselo a la Gendarmerie, sin detener al sospechoso de blanqueo de capitales. Es todo una falacia para sonsacar a Viktoria.  Pero hay algo más, y es el justificante bancario del dinero sacado del cajero de al lado de la tienda de Scuba. Si hubiera pagado en efectivo no habría sido descubierta, pero el ladrón Max, con su gesto de mala voluntad, ha destapado un asesinato.

Por suerte para la Sta Jackins, el joven policía es un corrupto y le ofrece un reparto del botín a cambio de silencio. Ir a medias es la solución, porque el poli está harto de carteristas... "O socios, o la silla eléctrica" le ofrece con una sonrisa pícara.

"Mejor la mitad del botín que una electrocución"

Como colofón, le entrega un cheque de 50000€ por haber sido elegida como la nueva chica del calendario Clipper, de los que también se queda la mitad el gendarme. "Somos socios para bien o para mal"

Cheque per avión

"Somos socios"

Una turbia y enrevesada historia de acción en el Caribe, magistralmente contada y con varios giros finales de guion que, sin duda, le hacen un guiño a Juegos Salvajes de John McNaughton (1998 film). Lo tiene todo: conflictos societarios, armas originales, policías corruptos, asesinatos, dinero sin declarar y voluptuosas mujeres. ¡Max Bellochio lo ha vuelto a hacer!

FIN

VALORACIÓN: 8/10

Ficha:

Private Tropical 3 "Tropical Heat"
Título en castellano: “Calor tropical”
Año: 2002
Género cinematográfico del argumento: acción
Destino paradisíaco: Guadalupe
Actores estelares: Sandra Pusso, Sebastian Zarrio, Jessica Fay, Melody Tragic, Sheena Seal
Valentina Belly, Francesco El Manco, Joachim Kettle, Greg Centavo, Rodolphe Bactrim, Kyra Rat
Dónde la puedo encontrar: Private o en una sencilla búsqueda en Google

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